Trump y la teoría del loco revisitada: el nuevo Nixon tiene WiFi
Trump no está improvisando. Está construyendo. Como un arquitecto de Lego geopolítico, pero con menos instrucciones y más testosterona. En ese sentido, su política exterior no es un cúmulo de errores, sino una estrategia sofisticada que se alimenta del desconcierto de sus adversarios. La gran paradoja es que, cuanto más lo subestimamos, más se fortalece su modelo.