SAN SEBASTIÁN 2024 Fuera de competición
Alauda Ruiz de Azúa • Directora de Querer
“El miedo es poderoso e invisible”
por Alfonso Rivera
- La cineasta vasca presenta su primera serie, indagando de nuevo en los entresijos familiares, sus complejidades, intimidades, dudas y zona de grises
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entrevista: Alauda Ruiz de Azúa
ficha de la serie] es una serie original Movistar Plus+ que se ha estrenado fuera de competición en el 72.º Festival de San Sebastián. Sobre su gestación, complejidad y temática hablamos con Alauda Ruiz de Azúa, ganadora del Goya con su debut en el largometraje Cinco lobitos [+lee también:
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ficha de la película].
Cineuropa: ¿Cuál ha sido tu evolución como directora desde tu ópera prima hasta esta serie?
Alauda Ruíz de Azúa: Cinco lobitos fue un proyecto intuitivo, visceral, surgido de la necesidad de expresar algo. Su viaje posterior de acogida me pilló de sorpresa y fue fantástico. Pero empezar con un film tan personal me dio pistas para encontrar mi mirada. Por el camino se cruzó la película de Netflix Eres tú, que nace de un lugar distinto, de aprendizaje y para llevar a la pantalla un guion escrito por otras personas. Querer vuelve a aquel territorio inicial más personal: a la familia y los dilemas de difícil resolución, es decir, de la vida real, para los que no hay una respuesta acertada o correcta, pues parece que hay dos fuerzas opuestas que tiran de uno. Más allá de eso surge también con la serie el deseo de hablar del consentimiento sexual en el marco del matrimonio, un terreno sin explorar, pantanoso y lleno de grises.
Se está abordando bastante el tema del maltrato desde la ficción, ahí está la película de Icíar Bollaín Soy Nevenka [+lee también:
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ficha de la película], que también participa en el festival. Estáis ambas mirando de frente a una realidad social.
Ha costado más hablar de ello cuando pertenece al ámbito de la intimidad, con sus cuestiones complejas. Lo que pasa en Querer es difícil de juzgar y eso es lo interesante.
¿A veces se normalizan ciertas actitudes violentas en las familias?
Hay otro tema que quería explorar con la serie: la tolerancia que tenemos con la violencia. Somos capaces de detectar la violencia, pero toleramos muchas cosas.
Y en el caso de la masculinidad posesiva puede llegar a elevados niveles de toxicidad…
La familia es como una lotería, creces en ella y como niño vas aprendiendo quién es. En una primera etapa damos por normal muchísimas cosas, pero a medida que te haces adulto te empiezas a cuestionar quién es esa gente con la que te has criado, has crecido y todo lo que has podido haber heredado de ellos. La educación afectiva que uno recibe está muy vinculada a cómo te vas a relacionar luego sexualmente con alguien.
Eso se ve en la serie, se perpetúan actitudes que mamas en casa.
Los hijos que han vivido situaciones de violencia de género y machista tienen ese miedo. Por eso era interesante que los hijos de la pareja protagonista fueran varones, podíamos así ver cómo dos hombres lo vivían desde un sitio diferente. En el personaje que interpreta Miguel Bernardeau está ese miedo a repetir un patrón que no eres capaz de controlar.
También en la sociedad se habla poco del maltrato psicológico, que va minando al otro.
La vejación es algo terrible. Con la violencia verbal sometes y haces que otra persona se sienta mal. Toleramos demasiado esto porque pertenece a la intimidad de las parejas, pero también cabe la posibilidad de que haya alguien ahí que se esté sintiendo muy solo.
¿Cómo se acaba construyendo ese miedo?
El miedo vertebra toda la serie. Es muy poderoso e invisible, pero tangible. Con la puesta en escena de Querer, sus silencios y situaciones quería que el espectador viera que el miedo está ahí, aunque no se vea una violencia súper explícita en pantalla; hay situaciones donde el miedo está presente y notas que los personajes actúan por temor: a defraudar a un padre, a sus consecuencias o a que un marido reaccione de una determinada manera. Y cómo el miedo condiciona todas esas relaciones. Eso puede llevar a alguien a estar metida años en una relación de maltrato.
Algo terrible que ocurre en la realidad, cuando la persona maltratada se siente culpable de lo que ha pasado.
Eso es de lo más doloroso. Hicimos investigación con abogados, psicólogos y víctimas, que tienen que quitarse esa culpabilidad porque no hicieron tal o cual cosa, cuando realmente lo más probable es que no pudieran hacer nada ni tienen culpa de lo que les ha pasado. Eliminar ese sentimiento de culpa resulta difícil porque es visceral, aunque racionalmente lo puedas argumentar perfectamente. Pero con apoyo psicológico se termina curando.
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